¿Las ventanas correderas son la mejor opción para mi casa? Pues depende de muchas cosas. Igual que en otros muchos frentes, en el mundo de las ventanas no existen las verdades absolutas. Y la elección más acertada depende en gran medida de realizar un análisis pormenorizado de cada rincón de una vivienda. De ahí que sea tan importante que un técnico se desplace para tomar medidas y algunas decisiones sobre el terreno. No obstante, si quieres despejar la duda te podemos ayudar con este artículo.
¿Qué son las ventanas correderas?
El nombre más o menos ya te da una pista importante: son ventanas formadas por dos (o incluso más) hojas practicables que se abren mediante un desplazamiento horizontal por el carril del marco. A pesar de que puedes haberlas visto en un montón de casas, lo cierto es que siempre ha sido un sistema más asociado a la puertas, ya que así consigues la instalación de grandes huecos.
Las grandes ventajas de este tipo de ventanas
Posiblemente, junto a las oscilobatientes, de las que ya te hablamos en este artículo, las ventanas correderas gozan de una popularidad importante. Su punto más fuerte es, precisamente, la principal característica: no invaden el espacio interior de la casa (no se abren a derecha o izquierda) por lo que resultan realmente interesantes allí donde no sobran los centímetros. No obstante, lo que para unos puede ser fundamental, otras personas lo contemplan como un inconveniente. Al abrirse mediante desplazamiento, la apertura nunca es completa y siempre queda un espacio cerrado.
No te vayas todavía porque podemos hablar algo más sobre ellas. Una ventana corredera de aluminio o de PVC (hablar de los materiales ya supondría tratar otro frente completamente distinto) necesita menos perfil, lo que posiblemente en argot popular se conoce como el marco. ¿Qué implica esto? Que entra más luz, las estancias pueden ser más luminosas y las vistas bastante mejores (allí donde merezca la pena contemplarlas).
Por otro lado, los expertos siempre señalamos otro aspecto que podría pasarse por alto, pero nos gusta subrayarlo: como este tipo de ventanas no se abren hacia el interior de la casa, el riesgo de ‘accidentes’ con ellas es menor. Podrás olvidarte de chocar contra los odiados picos de la hoja.
Cosas que penalizan a una ventana corredera
Si alguna vez has consultado información en Google sobre estas ventanas, posiblemente habrás encontrado muchas referencias a esta pregunta: ¿cómo aislar una ventana corredera? La pregunta tiene todo el sentido del mundo. Y pasamos a explicarlo: aunque de un tiempo a esta parte las correderas han avanzado mucho, a nivel de aislamiento térmico y acústico no están al nivel de las practicables. Por pura lógica, invertirás menos dinero en la opción que nos ocupa este artículo.
Para rematar llega otro apartado clave, también muy tentador de ignorar, pero que al final influye en tu día a día. Las ventanas correderas no son las más eficientes de limpiar. En los raíles se acumula una cantidad importante de suciedad y el hecho de que abrir una hoja implique tapar la otra supone tener que adoptar posturas no precisamente cómodas (ni seguras en muchos casos) para limpiar los exteriores.
No obstante, insistimos: las mejores ventanas siempre serán aquellas que se adaptan al 100% a tu casa. A los huecos, a las estancias donde se instalan, a la frecuencia de apertura, a las necesidades de ventilación, etc. Son tantos aspectos que analizar que, en vez de perderte leyendo una cantidad ingente de información, lo mejor es que nos pidas asesoramiento para resolverlo. ¡Lo puedes hacer desde aquí! Nosotros nos encargaremos de llamarte.